miércoles, 17 de octubre de 2012

El gran viaje de Sara


Era un día cualquiera en Torremolinos. Los de 14 años se hacían piardas, los perros le ladraban unos a otros, los niños pequeños se echaban carreras en el colegio, los adultos trabajaban mientras pensaban en si algún día serían jefes, los gordos se tomaban su perrito caliente con mostaza...si, era un día normal y corriente. Pero aquel día pasó algo que no pasa cada día, Sara, emprendió su primer viaje.
Cogió el primer avión a Hawaii, uno rojo con lineas verdes, donde había gente de todo tipo en los asientos. Un hombre negro y flaco, una mujer blanca y rechoncha, una abuelita de pelo blanco con un bastón, un bebe llorando y un macarra riendo... había mucha variedad de gente. Sara se sentó al lado de la viejecita, que,cuando ni siquiera habían empezado, se durmió encima de su hombro, y le dejó la camiseta llena de babas. Cuando al fin el avión se puso en marcha, Sara se durmió también.

-Despierte, venga señora, que ya hemos llegado.-Y así siguió hasta que-¿Se encuentra bien?Venga despierte, señora..¡¡Despierteeee!!-.

Sara abrió los ojos de un golpe y no paró de temblar hasta que salió del avión. Cogió las maletas, y se fue
Siguió caminando hasta que llegó un taxi, al que dijo:
-Lléveme al hotel mas próximo por favor-

El taxi se puso en marcha, la dejó en un hotel llamado Hiskisi. Sara entró y pidió habitación para uno, le llevaron las maletas y abrió la puerta, la habitación 68, Una habitación blanca espaciosa y con cama para tres personas, con una pequeña nevera bajo una mesa de madera donde al lado había un armario, un baño un poco pequeño pero con una ducha que ocupaba la mitad de el cuarto, un techo doblado, y unas zapatillas blancas encima de una mesita de noche. Lo primero que hizo fue meter su ropa en el armario, después dejó las zapatillas al lado de la puerta, a continuación abrió la puerta del baño lentamente con ese sonido desagradable del “chiiiiin” Y se puso un bañador y las chanclas. Bajó a la piscina y se dio el baño mas agradable de sus vidas. Cuando llegaron las 22:30 subió a su habitación y se puso a dormir.
Al día siguiente no la despertó un grito, si no, un “tock tock”, en la puerta. Abrió y era una mujer.
-¿Como te llamas?- Preguntó Sara.
-Soledad- Dijo la mujer.
Soledad era una mujer alta y flaca de pelo negro.
-¿Eres de aquí?-Preguntó Sara
-Si-
-¿A que te dedicas?-
-Doy clases de Mates y Lengua a los de 6ºA en un colegio de aquí, de Hawaii.-
-A, ¿Se portan mal o bien?-
-Hay algunos que nunca callan, otros que hablan a veces y otros que parecen mudos.-
-Como casi siempre... (que quede en las cabezas de todo aquel que lo lea CASI SIEMPRE, no esque
seamos una excepción).-
-¿Quieres venir conmigo a la playa?
-¡Claro!-

Y se fueron a la playa a tomar el sol . Cada una desplegó su hamaca, se quitó la ropa, se puso las gafas de sol, se tumbó, y disfrutaron de el magnífica tarde que hacía. Pero de repente, se hacia de noche, y otra vez de día, y otra vez de noche, así seguidamente hasta que la ciudad entera se incendió, todos salieron corriendo, y gritando hacia el agua pero se evaporó por tanto calor y fueron
recogiendo de uno en uno a cada persona de la ciudad y metiéndola en coches ignífugos
que les llevarían a otro lugar. Cuando de repente se escucha:
-Despierte, venga señora despistarse ya-
Sara abrió los ojos y despertó en Hawaii, en un avión rojo con líneas verdes. Todo fue un sueño, y con una larga sonrisa, fue al taxi y dijo:
-Llevemé al Hiskisi-.
FIN
Firmado:
María.C

No hay comentarios:

Publicar un comentario